Hace unas semanas una embarazada a punto de tener a su bebé me dijo que si hacía collares de lactancia. Me quedé como el emoticono del Whatsapp que tiene los ojos redondos redondos (síii, el emoticono que se parece a Ozil). Vale que yo no hice uso de la lactancia materna con mi hijo, pero esas cosas se escuchan, se oyen, se leen.... No sabía de qué me hablaba.
Me puse a investigar por internet y me sorprendió la cantidad de artículos sobre estos productos. Sobretodo en foros de países del centro y norte de Europa que suelen abogar por crianzas naturales y donde el índice de natalidad es más alto que en España.
Para los que como yo no sepáis lo que es un collar de Lactancia os lo resumo en unas líneas. No es ni más ni menos que un collar que la madre utiliza cuando amamanta de modo que el collar le sirve al bebé como una especie de entretenimiento mientras se alimenta. Esto que parece tan banal y trivial tiene unas connotaciones más profundas:
- Potencian el instinto natural de agarre de los bebés. Cuando un bebé está tomando leche materna este instinto hace que agarre cualquier cosa que tenga cercana y que suele ser el escote de la madre (que termina como si le hubiera arañado un gato) o el pelo (cuántos tirones sufren muchas madres en esa época de lactancia).
- Potencian el sentido del tacto. Los collares se hacen con materiales naturales como la madera y el algodón. Los bebés exploran el mundo a través del tacto y esa diferencia de texturas se incluye en su aprendizaje.
- Relajan al bebé. El algodón con el que se forran las bolas se impregna con el uso del olor maternal por lo que el collar le relajará mediante el sentido del olfato.
Si además las bolas se forran de colores llamativos también les atraerá por la vista. En el caso de estos cuatro primeros collares los colores que he utilizado no están enfocados a este último punto porque los he hecho para que sean ponibles, es decir, para que la madre no tenga que ponérselo sólo para dar el pecho sino que lo pueda llevar combinado con la ropa. Me he enganchado a hacer estos collares y haré alguno colorido más dirigido a llamar la atención del bebé.
Y después de tooodaaa esta charla os presento mi primera colección de collares de lactancia. He tenido que volver a aprender a hacer ganchillo ( o crochet como le llaman ahora) tras unos 30 años sin realizarlo. Y al volver a coger la aguja de ganchillo he recordado a mi vecina Margarita que era quien me enseñaba en las tardes de verano sin cole, y a recordar esas manos tan blancas como su pelo. Nunca veré unos trabajos tan impecables como los que hacía ella.
En verde, naranja y blanco roto con anilla.
En naranja y blanco roto con anilla y bolitas.
En morado, rosa y maquillaje. Sólo bolas.
En rosa, malva y morado con anilla.
-Y unas foto con los cuatro juntitos
Qué entrada mássss larga. Espero no haberos aburrido. Gracias por vuestras visitas y por vuestros comentarios.