miércoles, 31 de agosto de 2016

KIT EX-FUMADOR

Hace 14 años que fumé mi último cigarrillo. Tras más de 13 años en los que caían un par de cajetillas diarias y varios intentos para acabar con el vicio (que si intentaba reducir, que si ahora quito la mitad, que si lo dejo en cinco diarios), uno de ellos funcionó (precisamente el que pasó por dejarlo del todo). ¿qué tenían en común esos intentos?. Que realmente quería dejarlo aunque la adicción a la nicotina era más fuerte que mi decisión de no seguir con ello. Elegí un día, me conciencié, avisé a todo mi entorno (no hay mayor presión que hacerlo público) y lo conseguí en una época en la que aún se podía fumar en el trabajo, en centros comerciales, en bares y restaurantes.

Una amiga lleva meses diciendo que tiene que dejarlo y yo creo que sólo le hace falta un pequeño empujón para decidirse definitivamente a no volver a colocar un cigarro entre sus dedos, y yo, en lugar de animarla sólo de palabra pensé en realizar un kit de ex-fumador. Es una de mis mejores y mayores seguidoras, haga lo que haga, todo le gusta, y yo encantada de que lo disfrute.


Fui a la tienda CASA y vi unas huchas de casita monísimas pero que no me encajaban con la decoración que yo quería. Junto con una caja con tapa, una pizarra a la que aún no le había dado uso y una caja de fresas tuneada de un par de meriendas running (el juego que ha dado esta caja) me puse hacerle un cambio de cara (benditas pinturas de pizarra).




Una cosa tenía clara, yo veía el mar, tenía que verlo, tenía que estar ahí. Mi amiga AMA el mar, lo necesita, le relaja, le da la vida...

¿Y dónde ponía el mar?. Pues en una hucha donde ir echando el dinero que ya no va a utilizarse en comprar tabaco. En la etiqueta de pizarra tiene que poner la fecha en la que empezará su vida sin humo, su vida de independencia... su nueva vida. Un rotulador de tiza envuelto en un trozo de tela para escribir esa fecha que será definitiva. En un año el capricho que pueda darse con ese dinero ahorrado será el premio a su voluntad.


Hay malos momentos, claro que los hay. Cuando el cuerpo te pide a gritos su ración de nicotina, cuando los nervios te hacen creer que no podrás, cuando lo pagas con cualquiera que esté a tu lado. Afortunadamente el mono físico dura unos minutos pero suficientemente intensos para querer encender un cigarro. Hay que tener alternativas sanas (que no queremos engordar). Zanahorias, frutas...... caramelos sin azúcar, y si hay alguna golosina tampoco pasa nada. Para esos momentos....



¡Y cuántas cosas se ganan!. Increíble recuperar el sabor de las cosas, el olfato, la limpieza del aire, la capacidad pulmonar, el brillo en el rostro, la autoestima al saberte vencedora de la batalla.


Y envolviendo todo con el recuerdo al mar, a la purificación del agua, a un atardecer libre de humo, a los olores perdidos entre la nicotina.




Y a  mí no me cabe la menor duda de que lo harás, que dejarás el tabaco y que lo conseguirás. ¡ÁNIMO CAMPEONA!
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