Hace unos meses que mi vida es una locura, una bendita locura. He pasado de ser una persona absolutamente hogareña que apenas salía por las tardes de casa con mis manualidades y demás a prácticamente utilizar mi hogar sólo para dormir. Supongo que llega una edad en la que ves que la vida es demasiado corta para no aprovecharla al máximo y comienzas a hacer cosas que nunca imaginaste. Una de esas cosas es el running. He intentado engancharme a este deporte en varias ocasiones abandonándolo incluso antes de comenzar. Cuando comenzó el curso escolar unas compañeras de pádel y yo decidimos intentarlo y aprovechando las horas de actividades extraescolares de mi hijo empezamos a salir a correr. Poco a poco hemos ido aumentado kilómetros y ya llevamos unas cuantas carreras populares. En una de ellas me tocó un desayuno a domicilio que utilizamos para hacer una merienda entre todas. Esa merienda lleva camino de convertirse en una tradición y en la última he hecho unas tazas como obsequio para cada una de nosotras.
La idea vino de unas tazas de Cola Cao que muchos sabréis que regalaban junto con rotuladores de cerámica para pintarlas. Los rotuladores se secaron antes de usarlos y el día que mi hijo decidió hacerle una a su padre le di los míos que compré en un Asian Shop (no son cerámicos, sólo permanentes). La taza lleva dos meses con lavados a diario y la pintura sigue perfecta. Con unas tazas blancas compradas en un bazar chino y los mismos rotuladores decidí hacer las tazas para las chicas running.
Lo primero que hice fue diseñar la frase y el tipo de letra que quería poner en las tazas. Lo definí con Word y lo imprimí.
Se limpian las tazas con alcohol de modo que quite cualquier grasa o suciedad que pudieran tener.
Y una de las partes más divertidas, dibujar las letras (o lettering como se denomina a realizar las tipografías de letras a mano alzada). Fijándome en la muestra que había imprimido intenté hacerlo lo más parecido posible. Por la parte de atrás una imagen que encontré por internet de un corazón corriendo y el nombre de cada una.
Metí las tazas en el horno media hora a 180º para fijar la pintura, los dejé enfriar en el mismo horno hasta el día siguiente y así quedaron en primera instancia:
Había probado la resistencia de los rotuladores gruesos de pintura pero utilicé también otros finitos de la marca Edding como perfiladores (permanentes de los que se usan para marcar los CD's). Metí todas las tazas en el lavavajillas y los rotuladores Edding no aguantaron el lavado :(
Como veis el color negro y la parte roja perfilada del corazón se borraron. Volví a repasar la parte negra y roja pero esta vez con los rotuladores de pintura de los Asian Shop, de nuevo a cocer y creo que ya aguantarán sin problema aunque les he aconsejado lavarlas a mano por si acaso.
Como me parecía muy sosa la taza en sí y con la moda de los mugcakes metí unas bolsitas con ingredientes ya pesados dentro de cada taza junto con la receta de un mugcake de oreo que previamente hice en casa para probar. No me convencía lo de los mugcakes pero después de hacerlos es un bizcocho rápido y rico.
En una bolsita el azúcar moreno, levadura y harina y en la otra bolsita las galletas de oreo trituradas. Ellas sólo tienen que añadir el huevo y la mantequilla, mezclar, poner en la taza y al microondas.
Por una cara de la receta lleva los ingredientes y por otra la preparación. Plastifiqué con forro de libros adhesivo puesto que como son cosas que están en la cocina es fácil que se manche. Las varillas pequeñas las compré en aliexpress pero no llegaron a tiempo (las he tenido que ir dando después).
Y aquí se ven las dos caras de la tarjeta por si queréis copiarla.
Para presentarlas tenía una caja de fresas que pinté con pintura de pizarra casera (por fin la hice).
Y listas para entregar.
Sólo queda que me digan cómo les ha salido el mugcake.
Me parece genial lo que has hecho
ResponderEliminarLa idea de las tazas ha sido estupenda y me encanta el detalle de los ingredientes para el bizcocho.Enhorabuena por todo ello Un besazo