Cuando una embarazada (muyyy embarazada) te encarga una tarta de pañales que quiere regalarle a una amiga y se encapricha de que el peluche tiene que ser una Hello Kitty pues aceptas el encargo y a pesar de que ella se ofrece a comprarla porque la ha visto en una tienda cercana a su casa (a 200 kilómetros de la mía) te niegas en redondo. ¿Cómo no voy a encontrar una Kitty? (piensas). Pues nunca imaginé que fuese tan complicado encontrar a la gatita de las narices. Me recorrí varias cadenas de tiendas de juguetes, hipermercados, tiendas de ropa.... y nada. Supongo que dentro de un mes cuando empiece la temporada pre-navidad será facilísimo pero a estas alturas ha costado Dios y ayuda.
De hecho yo no la encontré sino que fue mi amiga Alia quien haciéndose eco de mi desesperación la buscó y la encontró. "Maldita gata" fue el asunto del whatsapp que me envió para darme la feliz noticia.
Puedo estar tranquila de que la bebé que va a nacer no tenga una mancha con forma de kitty en su pequeña anatomía.
Tarta realizada con 36 pañales, dos baberos, un body, dos pares de calcetines de bebé y nuestra querida Hello Kitty.
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