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miércoles, 23 de septiembre de 2015

Historia de una metedura de pata

Para alguien como yo que tiene como página principal de favoritos el diccionario de la Real Academia de la Lengua y que consulta cualquier palabra susceptible de escribirse erróneamente (sobre todo las palabras en inglés), cometer un fallo como el que os voy a relatar hoy es algo que me supera.
 
Hace meses que hice el cuelgacollares y aunque había colgado la foto del cuadro acabado en Facebook (que fue donde mi amiga Pi me avisó del tremendo error), no me atrevía a publicarlo aquí, reconocer públicamente mi error y ser carne de cañón para que mi cuadro se una a otros tantos en los que las frases o palabras en inglés o español hacen sangrar los ojos.
 
Me encargaron un cuelgacollares rojo para una fanática de Betty Boop y yo encantada. Siempre que me dan ideas para realizar cualquier cosa diferente la disfruto como una niña. Busqué imágenes del personaje, los coloqué con tres marquitos... busqué por internet Betty Boop y me aseguré que se escribía tal y como yo pensaba... lo escribí en Word, copié el nombre sobre un papel y dibujé las letras a mano alzada en el cuadro. Ya veis por donde voy, ¿verdad?
 
 
Pues sí, cometí el error imperdonable de escribir BEETY en lugar de BETTY y ni siquiera me di cuenta. Cuando me avisaron de la incorrecta escritura se me pusieron las orejas coloradas y me duró la vergüenza un tiempo.
 

Con lo mono que había quedado con las coquetas Bettys y yo jorobando el cuadro escribiéndolo mal.


Le solicité a la persona que lo compró que me lo devolviera para arreglar el desaguisado (ella no se había dado cuenta) pero nunca lo hizo. Así que el cuadro sigue colgado y yo rezando para que pase desapercibido.


Ahora públicamente me flagelo y prometo no volver a escribir mal tu nombre, BETTY.